La progresión del mallorquín Nacho Baltasar ha sido meteórica. Con 19 años será el representante de España en los JJOO de París 2024 en iQFOiL Masculino, clase en la que hace tan sólo dos años se colgó la medalla de bronce en el mundial juvenil.
Reconoce que todavía no se ha hecho a la idea de participar en unos Juegos Olímpicos porque no era algo previsto en su vida. Aún no ha podido asimilar todo lo que ha conseguido en tan poco tiempo.
¿Cómo han sido estos meses de preparación una vez que conseguiste la clasificación de España en iQFOiL Masculino?
Esta temporada ha empezado totalmente enfocada a los Juegos Olímpicos, por lo que estamos empleando las regatas previas, como el Trofeo Princesa Sofía, como prueba de cara a los Juegos, tanto en lo que se refiere a material y equipamiento como en la estrategia de regata. Estos meses hemos ido a afinar, a mejorar estos toques que me faltan para estar allí delante. Hemos probado todo lo que teníamos que probar y hemos fallado todo lo que teníamos que fallar para llegar al cien por cien y no encontrarnos con sorpresas.
Canarias ha sido el lugar escogido por muchos equipos internacionales para su preparación olímpica.
Sí, empezamos a entrenar en Lanzarote, donde se estableció la base. Es un sitio que me gusta mucho porque hace viento todos los días, buen tiempo y también podemos desconectar. Al final te pasas todo el día viajando: un día estás en Marsella, otro en Grecia y cuando regresas no tienes nada. En cambio, al tener la base en Lanzarote, hemos podido hacer amigos, compartir tiempo y descansar.
Esta regata siempre es importante, pero este año más. ¿Cuál es tu objetivo principal en este Trofeo Princesa Sofía Mallorca by Iberostar?
Mis entrenadores y yo no miramos los resultados al final de cada jornada porque el objetivo que se marcó a principio de temporada fue conseguir la selección de España en iQFOiL para los próximos Juegos. Este Sofía da igual si va bien o no, lo importante es hacer el máximo número de pruebas y experimentar al máximo, además de pulir pequeños fallos.
¿Qué supone para ti ir a los Juegos Olímpicos?
Ahora mismo lo es todo. Todavía no lo he asimilado porque no sé cómo será ni me lo puedo imaginar. Al final no es algo que yo tuviera presente en mi vida hasta ahora, nunca lo había vivido ni por parte de la familia ni de amigos. Así que sólo miro hacia adelante. Todavía no me he parado a pensar todo lo que he conseguido en tan poco tiempo.
¿Cómo es el día a día en la vida de un olímpico?
Pura rutina porque las rutinas me permiten conseguir una motivación muy estable. Empezamos el día desayunando muy fuerte. Como mucho porque gasto mucho, luego vamos al agua o al gimnasio para preparar la fuerza. En estas sesiones acabamos agotados. Llega la hora de la comida y descansamos. Respetamos mucho la recuperación para que las horas de entrenamiento queden distanciadas. Luego, regresamos al agua otras dos horas para entrenar con el equipo o con otros países. Al final de la jornada, preparamos el material de la jornada siguiente.
En la clase iQFOiL el peso es determinante. ¿Cómo has llevado el proceso de ganar kilos?
Ha sido progresivo. Hemos tenido que cambiar los entrenamientos porque yo venía de una clase muy ligera. Hemos tenido que trabajar duro en el gimnasio, desarrollar la hipertrofia muscular. No sé si es más duro ganar o perder peso, pero ambos procesos son complicados.
¿Cuáles son tus referentes?
Tengo muchos referentes. Por ejemplo, Ilia Topuria aunque admiro a todos los deportistas en general por el enorme sacrificio que hacen en sus vidas. También admiro a mis padres, y a mis contrincantes porque me gusta aprender de ellos, al igual que a mis compañeros del equipo olímpico español, porque me aportan mucho.