La regatista malagueña es la apuesta española en la clase ILCA 6
Ana Moncada, andaluza de 23 años natural de Estepona, Málaga, será la representante española en la clase ILCA 6 en los próximos Juegos Olímpicos, que se celebrarán en la localidad francesa de Marsella entre el 26 de julio y el 11 de agosto. Ana comenzó a navegar con 8 años en la Escuela de Vela de Estepona. Posteriormente, su hermano Sergio empezó a entrenar en el Puerto de Santa María y, a los 12 años, Ana siguió sus pasos y comenzó a forjar una carrera de éxitos que la han llevado a ser la mejor opción de nuestro país para competir en la clase ILCA 6 en los próximos Juegos. Hablamos con ella en plena recta final de cumplir el sueño de cualquier deportista.
Al preguntarle cómo se sintió al saber que la plaza olímpica era suya, la malagueña señala que sintió mucha satisfacción, aunque ya lo tenía asimilado. «Lo fui consolidando en todas las competiciones. Estaba muy segura de que lo iba a conseguir, a pesar de los pensamientos que pueden surgir en momentos de nervios. Fueron unos tres meses de selección intensos, trabajé muy duro y estaba muy concentrada en el objetivo, visualizaba en todo momento que lo podía lograr, por mi actitud y mi nivel. Sobre todo, estaba y estoy muy feliz por el trabajo que hago«.
Sobre si esperaba conseguir la plaza olímpica y cuándo empezó a pensar que podía ser una realidad, Ana afirma que sí lo esperaba. «En esta campaña he sido la mejor española prácticamente en todas las competiciones que he disputado. Desde el principio, cuando decidí hacer la campaña para París, pensé que podía ser una realidad y que la mayor guerra la tenía conmigo misma. Me he superado en todos los aspectos y he tratado de sacar siempre mi mejor versión. Creo que en trabajo, constancia y cabezonería no me supera nadie«.
En cuanto a cómo ha cambiado su día a día con la clasificación a los Juegos Olímpicos, asegura que no ha cambiado en nada su rutina ni su forma de ver la vida. «Sigo con mi rutina y entrenando igual para preparar la competición lo mejor posible. Pienso que el sol sale cada día y el mundo sigue ‘rodando’ lo consigas o no. Lo importante es estar tranquilo y feliz con uno mismo, sea lo que sea que hagas«, explica.
Cuando se le pregunta si se siente preparada física y mentalmente, Ana responde con firmeza. «Sí, totalmente. Nunca me he sentido mejor. Pienso que he aprendido mucho todos estos años y que he pasado por muchos momentos de inflexión en el camino que me han hecho superarme y demostrarme a mí misma que puedo con todo«.
Ana Moncada ha competido de forma independiente, y cuando se le cuestiona si esto es algo que ella quiere que sea así o es porque no ha recibido apoyo de ningún club, explica que hasta ahora no ha habido ninguno en la zona dispuesto a ayudarla. «Yo siempre he estado abierta y dispuesta a representar a un club que me acoja, respalde, me escuche y me apoye. Hace bastantes años que vi que tenía que ir por independiente y hasta ahora está siendo así«, señala.
Sobre su objetivo real en Marsella y sus principales rivales, Ana declara: «Voy a Marsella a luchar cada prueba, a hacer cada salida como si fuera la última y a dejar en el campo de regatas mi mejor versión día a día. Pienso que si me concentro en hacer las cosas bien, paso a paso, el resultado será consecuencia de mis acciones. Sueño muy grande, desde luego. Las favoritas para mí, sin duda, son Mari Erdi (HUN), Marit Bouwmeester (NED), Emma Plasschaert (BEL) y Anne Marie Rindom (DNK)».
Al preguntarle sobre un resultado con el que se sentiría satisfecha, la española afirma: «Me voy a volver satisfecha sea cual sea el resultado que haga. Sé que voy a hacerlo lo mejor que pueda, estoy tranquila. Voy a salir a navegar como sé, sin ningún tipo de presión. Volveré a casa muy feliz, estoy segura«.
Para terminar le preguntamos acerca de sus planes después de los Juegos Olímpicos, Ana comenta “Me gustaría centrarme en mi misma y cerrar algunos frentes abiertos en mi vida que he tenido que aparcar por mi compromiso con los Juegos, pero sin duda seguiré en el mundo del deporte”, concluye.