EL BUEN RENDIMIENTO ECONÓMICO DE LA APB PERMITE APLICAR UNAS BONIFICACIONES A MERCANCÍAS Y PASAJE DE MÁS DE 18 MILLONES DE EUROS

El presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), Francesc Antich, ha presentado hoy en rueda de prensa el estado económico de la entidad en relación a las cifras de la memoria de 2021, que registra unos ingresos de cerca de 85 millones de euros y unos gastos de 56 millones, lo que representa un margen positivo de 28,8 millones de euros para el organismo portuario, que se reinvertirán para continuar mejorando los servicios que se prestan en los puertos.

Partiendo de la referencia de 2019, uno de los años con mayor actividad en los puertos históricamente, vemos que los ingresos fueron de 89 millones y los gastos de 62 millones de euros. Por el contrario, en 2020, en plena pandemia, los ingresos descendieron a 66,7 millones y los gastos se mantuvieron en 54,8 millones. Todo apunta a una recuperación, aún no alcanzada del todo, de la actividad prepandemia.

En cuanto a los saldos por líneas de negocio, se constata la singularidad de los puertos de interés general de Baleares en el sistema portuario, donde la náutica representa el 69% de los ingresos (58,1 millones), seguida por un 12% de la mercancía general (10,1 millones) y por un 7% de los pasajeros (6,3 millones). A esta singularidad se le suma una gestión marcada por la limitación de espacio, obras, gestión y mantenimiento de las estaciones marítimas, 12 entre los 5 puertos.

Además, los grandes porcentajes de ingresos de la náutica facilita en Baleares hacer fuertes inversiones pero a la vez bonificar el transporte regular de forma relevante, por lo que la APB está yendo al máximo permitido por la ley en materia de bonificaciones de regulares y aplicando unos coeficientes reductores que sitúan a la APB al frente del Estado en este ámbito.

Todo ello suma más de 18 millones de euros que la APB deja de recaudar en concepto de tasas, a las que se añaden en 2022 bonificaciones especiales, como es el caso del puerto de Maó, donde se bonifica un 40% adicional al buque, al pasaje y a la mercancía y, además, desde el 1 de abril al 30 de junio de 2022 se descuenta el 80% de la cuota tributaria final a la tasa del buque, lo que supone 2,2 millones de euros para las líneas con la Península.

Apuesta por el territorio

Toda esta recaudación, ha afirmado Antich, «tiene una repercusión directa en la economía y el empleo del territorio». De hecho, según un estudio elaborado en 2017, y que pronto será actualizado, las navieras y las empresas consignatarias suponían la mitad de la facturación de las actividades marítimas y del empleo. Según el mismo estudio, «la actividad de mantenimiento y reparación, la náutica deportiva y el chárter náutico significaban el segundo foco de actividad y ocupación de los puertos por encima de un 30%». Por tanto, de manera directa, indirecta e inducida, las actividades de funcionamiento del puerto implican una aportación de 2.500 millones de euros de ingresos y más de 1.000 millones de euros de valor añadido a la economía balear y 17.000 puestos de trabajo.

Por eso, además de cumplir con el interés general de garantizar el transporte marítimo de mercancías y la movilidad de los pasajeros, los puertos de interés general de Baleares también son un foco de economía importante.

Por otra parte, la particularidad de los puertos baleares es que prácticamente todo lo que se recauda se reinvierte en los puertos de interés general y faros que gestiona, en definitiva, en el territorio. En 2021 estas inversiones se situaron en 27,9 millones de euros, prácticamente lo mismo que en 2020.

En 2021 se movieron 13,7 millones de toneladas en los cinco puertos, un 10,2% más que el año anterior. Y si nos fijamos en el primer trimestre de 2022, se confirma cierta recuperación pospandemia. En cuanto a pasajeros, todavía no se han recuperado las cifras de 2019, pero en 2021 ya ha supuesto un 37,1% más que el año anterior y una subida generalizada en todos los puertos.

Sube el negocio, disminuye el personal

Antich ha señalado un hecho contradictorio que se ha producido en los últimos lustros. Mientras que en los últimos 15 años, el volumen de negocio ha aumentado de 59,8 millones de euros a 84,8 millones (un 42% más), el número de personal ha descendido un 12,5%. Y, paralelamente, estos años coinciden con un aumento de la complejidad en la gestión, más necesidades en materia de medio ambiente y más control presupuestario, por lo que, para hacer frente al gran volumen de negocio, se necesita mayor capacitación, gente preparada y más organización. Así, continúa el presidente de la APB, «nos encontramos en un momento de especial dificultad, y se necesita urgentemente una plantilla y estructura así como es necesario, adecuado a los retos a los que se enfrenta».